viernes, 20 de agosto de 2010

Y volvió el alma de los Ronaldos*


Y Volvió el alma de los Ronaldos. Aquellos niños que jugaban a ser pijos y mostraban la lengua para Bailar. Coque Malla, el pequeño gran redescubierto del año, ha sido catapultado de manera un poco absurda por un anuncio de Ikea, donde una canción de más de año y medio, ha hecho llegar al gran publico el carisma rocanrolero de las canciones de los Ronaldos. A mi siempre me gustaron, eran esos chicos que mi hermano llevaba en la carpeta, que decían Sí, Sí, Sí. Los que decían adiós a papá y solo querían su dinero.


A finales de los 80, Los Ronaldos aparecían con su disco homónimo, pero fue con Saca la Lengua cuándo reventaron las emisoras de radio, yo contaba muy pocos años con mis dedos, pero recuerdo perfectamente, como una y otra vez, la voz de Coque Malla se escapa de aquellos negros amplificadores Pionerr que reposaban sobre el mueble estilo provenzal del salón de mis padres. Coque Malla aparece la semana santa pasada por la puerta del bar de mis padres en Sevilla, Yo llevaba en mi mp3 el constante “es un mal día para ver llover” venía de vivir en una ciudad donde la lluvia siempre estaba presente y sin embargo, yo era muy feliz.
Me machaba cruzando los bellos puentes de mi ciudad, y como en aquella leyenda sobre un cristo, Coque Malla apareció en mi bar, y no yo en un concierto suyo. Le invitamos a cervezas, y le dijimos los mejores sitios que visitar. Aquel muchacho que tanto me gustaba, ya era un hombre, aunque su voz me seguía conduciendo a los deseos de ser adolescente cuando se es un niño. El pasado sábado Coque Malla, dio un doble concierto por primera vez en su carrera, así mismo lo aseguró sobre el escenario, en el Ateneo de Valencia.

Un concierto íntimo, a las doce de la noche, donde todo el mundo coreo las viejas y nuevas canciones del cantante. Acompañado de la guitarra eléctrica excepcional de Nico Nieto.
Del primer al segundo pase, cambió el repertorio, se le notaba a gusto sobre el escenario. Fui al concierto con una amiga y los amigos de su madre, cuarentañeros desgañitados con los viejos temas de los Ronaldos y amorosos en el “ no puedo vivir sin ti” muy adecuado el mismo día que la princesa Sueca se casaba en la capital del país helado. Cambió al menos cuatro veces de guitarra, en el segundo pase se acercó más al público, se sentó al piano para regalarnos como en el salón de su casa con “ Hace tiempo”. Con She´s my baby nos hizo bailar como si no hubiera un mañana “ a mi me gusta cuando canta, y canta de verdad” Nico Nieto le acompañaba desde un primerísimo segundo plano.
Al terminar aquella reunión de amigos, me perdí de mi grupo, alguien me tomó de la mano en el hall y me dijo:
-Síguenos guapa, vamos al camerino.
Allí estaba Coque, con una buena botella de vino de la tierra, disfrutando de una tortilla de patatas, secando su sudor con una toalla. Amablemente interrumpió su cena de ellas dos de la mañana, y nos estrechó la mano, disculpándose de su sudor. Y al mirarme a los ojos, me recordó: ¿tu eres la chica del bar de Sevilla no?
Y Tu eres el chico de las carpetas del instituto de mi hermano, así era, el miraba a los ojos, y recordaba porque mira de verdad. Quizás por ese motivo, ahora, con la hora de los gigantes, Mister Malla asegura que es el disco que más le gusta, porque es el que más se parece a lo que a él mismo le gustaría escuchar. Y por eso estos temas nos llegan profundo, porque son de verdad.
Yo me quedo con aquel niño pijo de antaño, incluso aquel del corto “ El columpio”. Pero el Coque de ahora, ese que está en las farolas de la calle donde Luisa vive ahora, es este pequeño gran gigante el que sigue haciéndonos bailar y sentirnos enamorados.



*Esto es una historia medio fantasía medio verdad de Chabe Rollán

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