domingo, 25 de abril de 2010

Alicia en el país de las Maravillas. Tim Burton 2010


Alicia; ¿por qué siempre eres tan pequeña o tan grande?

El sombrerero loco, le hace esta pregunta loca a la Alicia de Tim Burton. Pequeña o grande la Alicia de Burton deja mucho que desear. Sí, es Alicia, pero no lo es del todo, un caso más de una superproducción con un respaldo publicitario impresionante, tanto es así, que el propio film nos deja con una sensación de vacío, de expectación que no termina por llegar.

Alicia en el país de las maravillas, obra del celebre Lewis Caroll, ha sido llevada al cine más de una docena de veces, desde la primera adaptación en 1903 de Cecil Hepworth, hasta la afamada de Disney en 1951, aquella película que hizo a tantos niños temer a la reina de las cartas; y si algo destacaré de la cinta de Burton es a ella, a la reina de las corazones, reinventada o no, el papel que realiza Elena Bohan Carter es excelente, divertida, descompensada cabeza y cómica a su modo.
El mundo en el que Alicia hace su segundo viaje, daba pié a la imaginación propia de los mundos de Burton, pero no ha sido capaz en esta ocasión de sacarle el máximo. Caroll creó un país absurdo entre el caos y la belleza, que gira enloquecido, que es desbordante; la mezcla con la personal visión e iconografía de Burton, no ha dado el fruto esperado.

El sombrerero loco, papel paradigmático de la obra, no ha salido a relucir bajo la piel de Johnny Depp, que con su baile final, no hace otra cosa mas que homenajear en cierto modo a Michael Jackson, mas que hacer carnal el baile de la felicidad propio del inframundo de Caroll.

Alicia, siempre será Alicia, para transformarnos en niños, para hacernos pensar el imposible y hacerlo así posible, pero esta versión no la recordaré por lo que me hizo sentir, sino por ser la primera vez en mi vida, en que me dormí en una sala de cine.