Hace calor, es el año 93 un sábado de primavera entorno a las 9 de la mañana. Mi madre me llama, el desayuno está listo. Es el único día de la semana que desayunamos juntas, porque ella libra. Después de ver en canal + el resumen del partido de la NBA de la noche anterior, me da un pequeño papel mal cortado. Es la lista de la compra. Son las 10 de la mañana y yo corro escaleras a bajo del cuarto piso donde vivíamos en aquellas fechas para llegar a tiempo a la carniceria, frutería y supermercado. Mi hora tope son las doce. comienza del 40 al 1. Ese lunes he escuchado una canción que me vuelve loca, la necesito. tengo una nueva TDK comprada en un todo a 100 antes de ser chinos. La canción es Heal The Worl de MICHAEL JACKSON, del disco DANGEROUS. Mi paga no me alcanza para el LP y espero como loca para poder tener un tema más de MJ en mi poder.
Son las 12 y estoy llegando a casa, cargada y casi sin aliento. Lo dejo todo sobre la encimera de la cocina, mi madre me grita: ¿dónde vas como una loca?...
Enciendo la Tv y la minicadena, en el 93 hay unos cables nuevos que se llaman euroconector que hace que mi salon se convierta en una discoteca. Espero, espero... y al fin... a las 12:30 aparece MJ más arriba de la mitad de la lista, una nueva entrada potente del Rey del Pop. Por fin la tengo. Ahora termino de ayudar a mi madre con el resto de las cosas de la casa mientras termina el repaso a la lista. El número 1 es BON JOVI.
Esa tarde, mientras hago los deberes del colegio, pongo en repeat mi pequeña radio de doble cassette CASIO de color rojo, para por fin escuchar esa canción una y otra vez, he tenido que esperar 6 días para escucharla una vez tras otra, tal y como a mi me gusta. Esa semana es lo más escuchado en mi walkman de camino al colegio y también de vuelta.
Gonzalo mi amigo, me sugiere una nueva canción a mitad de semana: Annie Lennox(Love song from a vampire) !Maldita sea! volvemos a empezar. Espero al sábado, no existe internet, no tenemos más que esa maravillosa lista de repaso para tener la TDK preparada y atrapar al vuelo los sonidos que fueron la BSO de nuestra adolescencia.
Gracias a del 40 al 1.
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