El Arte de aburrir

Dos Ferias de arte en un solo día acaba por agotar a cualquiera. Aunque seas historiador de arte, experto en arte contemporáneo, aunque te apasione el olor a pintura y las sombras que crean las esculturas en las paredes blancas.

Eso me pasó a mi el pasado fin de semana. Acabé agotada de pensar, de correr de ir y de venir por las calles de Madrid. Una Semana en la que la capital de España se convirtió en el centro de la venta del arte y de la moda, ya que a esta feria alocada de arte le sigue Cibeles.
Llegué a Arco a las 12 de la mañana, ir y venir, visitando galerías Alemanas, Portuguesas, Españolas y Rusas en cuestión de 5 stands estabas viajando por medio continente y parte de otro.He de admitir que me fascina. Cada vez más de estas ferias no te llevas nada a casa, ni un recuerdo, ni una obra impactante, algo... Al final de esta visita, que para mi era la Cuarta a ARCO, me llevé a casa las caras de las personas que como yo visitaban y intentaban vislumbrar algo de originalidad, y no confudamos con talento.

Los vestidos espectáculares de las Galeristas extranjeras. La gente joven que carga sus memory cards con imagenes que luego no recordarán en sus cabezas. Iphones que suben al instante lo que uno tiene delante y que por desgracia ni entiende, pero a veces hace gracia, que no es poco.
Corrí a casa cerca de las 5, me cambié de vestido y directa a otra de las cuatro Ferias. Madrid De Arte, mas pequeña, fácil de visitar y mucho más cercana con respecto al tipo de público que la visitaba.

Al llegar a casa cerca de medianoche revisé las imagenes de mi telefono movil. Sorpresa fue la mía al ver que más que obras de arte tenía fotografiada situaciones de personas frente a estas. Yo que hice la carrera de Historia del Arte y he perdido el interés por querer saber que piensan los artistas, qué quieren decir. La intención de las colecciones de los galeristas. El futuro en el mercado artístico es otro.

Hay que volver a creer en el arte, a dejarse engullir por su maravillosa manera de hacernnos parte de él. El futuro está en el espectador. Volveremos a tomar la posición del Rey, como hizo VELAZQUEZ en sus Meninas, darnos a nosotros la voz, la mirada y la emoción por lo bello.