sábado, 28 de agosto de 2010

De Montevideo a la Latina



















La compañía Agarráte Catalina, es arrabalera y nocturna. Bocas de poetas y acordes de callejuelas. "Agarráte Catalina, que vienen curvas" de este dicho popular toman el nombre esta agrupación Uruguaya fundada en el 2ooo, de mano de Los hermanos Cardozo, y de manera trepidante se ha convertido en una princesa sencilla.
Esta cooperativa da al público sin esperar nada a cambio, pero reciben aplausos sobre aplausos y sonrisas. Nos trasportan sobre el mar y mucho más allá a las calles de un Montevideo querido (aunque muchos como yo, no lo conozcamos). Sus voces y gestos carnavelescos saben a viejo puerto y madera de vinos nobles. La forma que eligen para narrar la vida es cantando. Así reza una de sus más famosas canciones hablando de la ciudad a la que cada uno pertenece"...solo me pide que al volver vuelva cantando..."

Así llegaron este verano al Teatro de la Latina, llegaron y se fueron cantando, y llenando de sonrisa a los paisanos que venían al teatro emocionados de verlos de cerca, y a los que no los conocían ni a ellos ni a la Murga como género, descubriéndonos felizmente, un universo tan lejano y cercano (La murga toma en sus orígenes a las comparsas y chirigotas típicas de Cádiz transformándose con diversas influencias y con el tiempo en un género propio)

El espectáculo te hace vibrar en la butaca y sentirte parte de una cultura a la de repente sientes cercana. De esta forma, la actuación de la Catalina se convierte en una hermana, en una madre para el espectador. El vestuario y maquillaje propios del carnaval, pronto se olvidan en escena y se convierte en algo atemporal que habla de cosas sencillas con pasión y una sonrisa para las cosas terribles; porque todo y todos tienen cabida en la Catalina. El espectáculo se nos plantea de una manera sencilla, dos guitarras, dos percusiones y unos platillos acompañan a las voces y bailes de este grupo de cantantes maravillosos y con una gran carga emotiva. Si algo reluce en ellos, no es la purpurina, sino los sentimientos.

Si usted se lo perdió, les recomiendo estar atentos a su próxima visita, no les defraudarán.
Les harán querer subir a ese camión del que hablan en su despedida, ese camión que se va portando en el los sueños.
Reirán y se emocionarán con estos chicos divinos y cercanos que le ponen el corazón a cada golpe de tambor, a cada cuerda de la guitarra, a cada una de las palabras.


domingo, 22 de agosto de 2010

CHERRY AND MARTIN GALLERY




Cherry & Martin está formada por Mary Leigh Cherry y Philip Martin crearon en 2006 la galería de arte contemporáneo Cherry and Martin en La Cienaga Desing Quarter de Los Ángeles, lugar referente del diseño y del arte internacional. Representan artistas locales e internacionales con los que colaboran muy de cerca con ellos, facilitando el entendimiento y aceptación de sus obras en el mercado del arte.
La galería exhibe ambiciosos trabajos en todo tipo de líneas de creación, apuestan por innovación artística y experimental. Ubicada en el mid-city de L.A, es una de las galerías invitadas en el pasado ARCOmadrid_ 2010 dentro de Panorama: Los Ángeles mostraron al público español la diversidad y riqueza de la gran urbe estadounidense.

La selección de galerías fue realizada para ARCO´1o por Kris Kuramitsu, comisaria independiente, y Christopher Miles, artista, comisario y crítico. Dentro de esta selección y del amplio numero de artistas que trabajan con Cherry and Martin, escogieron la obra de Erik Frydenborg, artista de Florida multidisciplinar, así como el trabajo de Matt Connors original de Chicago y que desarrolla su obra pictórica entre la abstracción y lo gestual.

Matt Connors es artista destacado en cultantropofagia* lo señalamos como importante (*) por su sensacional manera de ser diverso y coherente, y porque el verano nos lleva mentalmente a las playas de Santa Monica.

Con relación L.A les dejamos la mejor revista sobre el arte de la ciudad.

Enjoy*

viernes, 20 de agosto de 2010

La teta de España



Cuándo “la niña de España” se hizo mujer nadie quiso darse cuenta. Solo soltándose el cabello y dejando al descubierto sus pechos, que habÌan permanecido durante mucho tiempo bajo los trajes de tul, vendados, lo pudo hacer ver.

Era el año 1976 cuándo Marisol se destapaba de tapujos para aparecer en la portada de Interviú “dándolo todo”, dos años después de la abolición de la censura. De aquel número se vendieron más de un millón de ejemplares y fue el colofón final a un striptease progresivo que había comenzado con “el felpudo de la Cantudo” y el pecho en “Equus” de Maria José Goyanes.

Señoritas y Caballeros bienvenidos al Destape

Ninguna de nuestras actrices actuales, ni las mas afamadas, pueden compararse a las actrices del Destape, y no porque aquellas fueran mas bellas ni mejores actuando, sino por el aura de sensualidad y libertad que las rodeaba.
Aquellas demostraban con su epidermis el cambio necesario que en las mentes de todos estaba sucediendo: verlo para creerlo.

Por aquellos años ya se realizaba en EE.UU. lo que se ha querido llamar el cine Nudi, así como tenÌamos las bellas Maggiorates Italianas con Sofia Loren al frente, abanderando la curva como exhuberancia carnal, lo que volvió loco a medio planeta. Nuestras estrellas, lejos de ser bombas sexuales por definición, tenían “Eso” que las demás desposeían: algo parecido a una magia sin vergüenza de su propia anatomía.

Encarnando los desnudos que desafiaron los agotados corsés del período Franquista, aparecieron Nadiuska, Victoria Vera, Susana Estrada, Silvia Tortosa, Norma Duval o ¡gatha Lys. Pero, al alcanzar el culmen de libertad, el “cine desnudo” perdió todo su interés, y con Èl las mujeres que lo hicieron emblem·tico.

Tras haberles robado el corazón y lo más íntimo de su tegumento, muchas de ellas fueron ignoradas y condenadas a destinos fatÌdicos. “Visto lo visto”, donde antes hubo adoración en la boca de los españoles solo quedaron palabras para criticar sin dar, siquiera, las gracias a aquellas mujeres florero o, mejor aún, verdaderas plantas carnívoras de nuestra historia visual (no me incluyo en aquella trituradora de carne, yo soy de la generación de las “mama chicho”

Sólo algunas han permanecido en nuestras vidas: las que hicieron pactos con el diablo y siguen siendo señoras estupendas; y esas otras, los juguetes rotos que una vez simbolizaron nuestra libertad, que eran nuestra Marianne a la española de pecho descubierto y armario anecdótico. Todo perdió su sentido una vez acostumbrados al desnudo, a la piel, la carne y la curva, el seno, el pelo flotando, las miradas profundas, los labios carnosos, el ombligo y el vello púbico.



*este artículo no está completo, pendiente de publicación.

Y volvió el alma de los Ronaldos*


Y Volvió el alma de los Ronaldos. Aquellos niños que jugaban a ser pijos y mostraban la lengua para Bailar. Coque Malla, el pequeño gran redescubierto del año, ha sido catapultado de manera un poco absurda por un anuncio de Ikea, donde una canción de más de año y medio, ha hecho llegar al gran publico el carisma rocanrolero de las canciones de los Ronaldos. A mi siempre me gustaron, eran esos chicos que mi hermano llevaba en la carpeta, que decían Sí, Sí, Sí. Los que decían adiós a papá y solo querían su dinero.


A finales de los 80, Los Ronaldos aparecían con su disco homónimo, pero fue con Saca la Lengua cuándo reventaron las emisoras de radio, yo contaba muy pocos años con mis dedos, pero recuerdo perfectamente, como una y otra vez, la voz de Coque Malla se escapa de aquellos negros amplificadores Pionerr que reposaban sobre el mueble estilo provenzal del salón de mis padres. Coque Malla aparece la semana santa pasada por la puerta del bar de mis padres en Sevilla, Yo llevaba en mi mp3 el constante “es un mal día para ver llover” venía de vivir en una ciudad donde la lluvia siempre estaba presente y sin embargo, yo era muy feliz.
Me machaba cruzando los bellos puentes de mi ciudad, y como en aquella leyenda sobre un cristo, Coque Malla apareció en mi bar, y no yo en un concierto suyo. Le invitamos a cervezas, y le dijimos los mejores sitios que visitar. Aquel muchacho que tanto me gustaba, ya era un hombre, aunque su voz me seguía conduciendo a los deseos de ser adolescente cuando se es un niño. El pasado sábado Coque Malla, dio un doble concierto por primera vez en su carrera, así mismo lo aseguró sobre el escenario, en el Ateneo de Valencia.

Un concierto íntimo, a las doce de la noche, donde todo el mundo coreo las viejas y nuevas canciones del cantante. Acompañado de la guitarra eléctrica excepcional de Nico Nieto.
Del primer al segundo pase, cambió el repertorio, se le notaba a gusto sobre el escenario. Fui al concierto con una amiga y los amigos de su madre, cuarentañeros desgañitados con los viejos temas de los Ronaldos y amorosos en el “ no puedo vivir sin ti” muy adecuado el mismo día que la princesa Sueca se casaba en la capital del país helado. Cambió al menos cuatro veces de guitarra, en el segundo pase se acercó más al público, se sentó al piano para regalarnos como en el salón de su casa con “ Hace tiempo”. Con She´s my baby nos hizo bailar como si no hubiera un mañana “ a mi me gusta cuando canta, y canta de verdad” Nico Nieto le acompañaba desde un primerísimo segundo plano.
Al terminar aquella reunión de amigos, me perdí de mi grupo, alguien me tomó de la mano en el hall y me dijo:
-Síguenos guapa, vamos al camerino.
Allí estaba Coque, con una buena botella de vino de la tierra, disfrutando de una tortilla de patatas, secando su sudor con una toalla. Amablemente interrumpió su cena de ellas dos de la mañana, y nos estrechó la mano, disculpándose de su sudor. Y al mirarme a los ojos, me recordó: ¿tu eres la chica del bar de Sevilla no?
Y Tu eres el chico de las carpetas del instituto de mi hermano, así era, el miraba a los ojos, y recordaba porque mira de verdad. Quizás por ese motivo, ahora, con la hora de los gigantes, Mister Malla asegura que es el disco que más le gusta, porque es el que más se parece a lo que a él mismo le gustaría escuchar. Y por eso estos temas nos llegan profundo, porque son de verdad.
Yo me quedo con aquel niño pijo de antaño, incluso aquel del corto “ El columpio”. Pero el Coque de ahora, ese que está en las farolas de la calle donde Luisa vive ahora, es este pequeño gran gigante el que sigue haciéndonos bailar y sentirnos enamorados.



*Esto es una historia medio fantasía medio verdad de Chabe Rollán

summer Time*


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